Calle Inocencio Mateo. D. Inocencio, el notario

Personas relevantes pasaron por Boñar pero con la impronta del personaje que nos ocupa pocas hubo. En realidad tendríamos que referirnos a D. Inocencio Luis Mateo Rodríguez.

Centrados en el primer apellido bien podría decirse, y no sin razón, que su familia paterna no procedía de estas montañas. Así es. D. Juan José Mateo Martínez, su padre, había nacido en un pueblo de la provincia de Guadalajara, en Milmarcos. ¿Cómo llegó a esta zona? No lo podemos corroborar a ciencia cierta pero es muy probable que llegara de la mano de otro de los personajes más notables de la villa, paisano del mismo, el sacerdote D. Manuel López Galiano.

D. Juan José contrae matrimonio en 1.790 con Doña Francisca Javiera Rguez. López, hija del escribano-notario de Boñar por el estado de Frías-Uceda-Toral D. Baltasar (desde 1.760 a 1.811) y de Doña Luisa. Tras su hermano mayor nace Inocencio Luis el 28 de diciembre de 1.792. Librado en su primera juventud de realizar su servicio militar, privilegio que le costó a su padre la nada despreciable cifra de 4.000 reales, se casa con Doña Jacinta Vallejo Alonso, natural de Valdevimbre, de familia acomodada y dedicada a explotación de las viñas y la comercialización del vino. Allí nació su prolija descendencia aunque sólo uno de ellos, la pequeña Eutiquia se casaría en Boñar.
El 2 de abril de 1.819 obtiene la escribanía-notaría que ostentara en su momento su abuelo D. Baltasar. Permanecerá 46 años en ella. En la decisión inicial de optar a esta plaza subyacía seguramente una razón médica: la delicada salud de Inocencio por sus continuas crisis asmáticas. Así vivió unos prolíficos 73 años hasta su fallecimiento a comienzos de 1.866.

Y llega el momento de la hipótesis más plausible. ¿Por qué recibió la actual calle su nombre? Está documentalmente probado que su hermano D. Isidoro (que nació tras él) una vez ordenado y tras estar responsabilizado de diversas parroquias fue agregado a la de Boñar en 1.815 y será su párroco desde 1.823 a 1.864. Igualmente que la rectoría que habitaba (con la panera con tres llaves que la acompañaba) es la casa de la derecha donde se bifurcan la calle que nos ocupa y la de la Guardia Civil. No es arriesgado pensar que D. Isidoro viviera conjuntamente con su hermano D. Inocencio y su esposa.

Apuntemos que esta zona se documenta en el siglo XVIII como Valles bajeros y el sitio concreto que nos ocupa más concretamente como “a la fuentica”, en referencia a un pequeño manantial adecentado ya en 1.774 (desde el siglo XIX hasta nuestros días es más conocido como la “fuente de la tía Úrsula” en referencia a la esposa del matrimonio dueño de la casa -una de mis bisabuelas paternas- que lindaba con ella).

Finalmente una última nota. Durante la II República la nueva corporación la denominó “valle de Colle” pero en la práctica nunca se dejó de utilizar su nominativa referencia. Después retomó oficialmente su denominación original.

Disfrutemos pues tanto de esta histórica calle como del cálido sol que la baña y que es especialmente agradable para un relajante paseo en cualquier época del año.

© Juan Carlos García Caballero



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