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La fuente de la salud

En la terminación sur de la peña La Salona fluye otro manantial distinto a las caldas de la otra vertiente de la peña susodicha.


Es la famosa Fuente de la Salud que, aunque documentalmente conocida desde 1.765, y teniendo en cuenta su proximidad con las Caldas, no debió pasar inadvertida para los romanos.

Con toda seguridad la leyenda latina de su monolito (eregido en 1.868) homenajea a sus antiguos beneficiarios y aconseja a los que más tarde se acercarán a sus aguas en busca de sus propiedades medicinales.

Dice así:


CLOROSIM
SANAT ET
JECUR BLAN
DA DIURESI
APERIT
OBSTRUC
TUM
MARTEN
PRABENDO
SOLUTUM


En un lenguaje más llano, no totalmente literal expresa: "Sana la clorosis y limpia el hígado obstruido con suave diuresis, liberándonos entonces de las molestias o dolencias"
Cabe especificar que la clorosis es una enfermedad padecida por las jóvenes en la pubertad debida al bajo contenido de hierro en sus organismos y que la diuresis alude a la secreción de la orina (aumenta el volumen de agua en ella, la irrigación sanguínea y, en consecuencia, acelera la filtración de sustancias, en especial en hígado y riñones).

Sus indicaciones son diversas: enfermedades pulmonares, procesos catarrales, artritis y reumatismos, dpepsias y enteritis, "infartos" hepáticos, cálculos nefríticos, falta de apetito, gota. Quien use este remedio natural nodere su consumo porque en el siglo XVIII ya sabían de su poder para "mover poderosamente la orina, no menos el sudor y moderadamente el vientre".
Rica en hierro (se nota en el sabor), boro y litio surge a una temperatura de 14 grados centígrados con un caudal medio de 3 litros por minuto.

(cf. "Boñar. Final de un histórico letargo", páginas 51-51)

Caldas de Boñar

Al atravesar Boñar, casi saliendo de la misma en dirección al pantano del Porma, encontramos cerca de la inscripción votiva romana dos surgencias termales hoy en día conocidas como "Calda 1" y Calda 2".

La primera, a la izquierda de lo que fue hace un siglo el edificio del balneario, tiene como destino principal complementar la traída de aguas de la villa. La segunda, en un entorno cuidado y bohemio con sus árboles y mesas de madera, es una fuente pública para el consumo de cualquier interesado o curioso. Entre ambas fuentes suman los 64 litros por segundo de caudal medio.

Sus aguas brotan a 26 grados centígrados desprendiendo oxígeno, anhídrodo carbónico y nitrógeno. Su elemento más concentrado es el manganeso a quien acompañan hierro, cinc y litio en menor cantidad. Con motivo de la apertura del balneario de Boñar a comienzos del siglo XX, uno de los propietarios, José Arroyo Laso, en colaboración con Jesé R. Carracido, catedrático de química biológica, publica un librito de catorce páginas en 1.905 en el que desglosan sus indicaciones: "reumatismo muscular, articular y, sobre todo, erético, infartos de hígado, cistitis, catarros gátricos, intestinales, retardo en la nutrición y dermatosis ligadas a dicho retardo". En 1.913 el doctor Arturo Bustamente ahondará sobre el mismo tema.

Incluidas desde 1.892 en la Monografía de agusa minerales y termales de España, logra el rango de utilidad pública por Real Decreto el 16 de enero de 1.907. En 1.992 un estudio de la Universidad de León clasifica su agua como "bicarbonatada-clorurada, calco-magnésica-mixta, oligomineral y termal.

(cf. "Boñar. Final de un histórico letargo" página 50)

Termalismo: La huella romana y su inscripción

La implantación romana en el término municipal de Boñar no debió ser muy cuantiosa a la vista de los restos conservados. A pesar de Ello hubo "alguien" que inmortalizó su presencia en una de nuestras joyas arqueológicas: La Calda. Sabida es l aafición de los romanos por las aguas termales. No desconocían sus benificiosas cualidades ni el bienestar reconfortante que prestaban al organismo.
Antes de salir de Boñar, en dirección Puebla de Lillo, puede encontrarse en la cara noroeste de la peña La Salona la inscripción labrada sobre una cuarcita pizarrosa de 78x44 cms. que reza lo siguiente:
FONTIS AG
BROCCI. L. VIP ST
ALEXIS AQUILEGUS
V. S. L. M.

La fractura posterior de la roca ocasionó la pérdida de la parte superior derecha de la leyenda y como consecuencia desapareció el final del primer renglón y fue dañado el segundo. Gracias a la similitud formulativa con otras aras votivas de la provincia ha sido posible completar el desarrollo latino de la misma: FONTIS AGINEES GENIO/ BROCCI L(ibertus) VIPAST(anus)/ ALEXIS AQUILEGUS/ V(otum) S(olvit) L(ibens) M(erito). El tamaño de las letras varía entre siete y diez centímetros.

La transcripción al castellano sería: "Al genio de la fuente Agineese, el liberto viscacense de Brocco, el aquílego Alexis, cumplió gustosamente el voto prometido".

En el primer renglón, la dedicatoria va dirigida al genio de la fuente no a lo material de la misma de lo cual se desprende el sentir religioso, la creencia de Alexis en seres superiores o dioses dignos de veneración.
El segundo asienta su proceder social y geográfico. Liberto es un esclavo liberado normalmente a las órdenes de un patrono, llamado aquí Brocco, quien pudo haber arrendado las minas cercanas e incluso los campos de esta vega. Alexis procedía de Vipasca, una región minera del sur de Lusitania (Portugal).

El renglón tercero explica el oficio del protagonista. Los aquílegos eran los encargados de la búsqueda de agua y su conducción a las ciudades (su equivalente actual sería el fontanero). El trabajo fundamental en el caso que nos ocupa estribo en la encañación del manantial.
La última línea abrevia en cuatro consonantes el verdadero sentido de toda la composición, o sea, cumplir de buen grado la promesa contraída con el espíritu de la terma.
("Boñar. Final de un histórico letargo" páginas 49-50)