La granja del monasterio de Vadediós en La Vega de Boñar

Santa María de Valdediós fue fundado el 27 de noviembre de 1200 por los reyes de León Alfonso IX y Berenguela, los cuales donaron a la abadía de Sobrado (La Coruña) el valle de Boiges (al sur de la actual villa asturiana de Villaviciosa para que fundara en él un nuevo monasterio cisterciense. La estrecha relación entre el monarca y la abadía hace crecer la importancia de este monasterio.


El hito histórico que nos interesa es el acaecido seis años más tarde. El 2 de abril de 1.206 el rey leonés les concede el permiso para levantar un manasterio en la cuenca del río Porma, cerca de Boñar. A ello se une la donación en el lugar de prados, heredades y todo cuanto allí posee el rey. Así se inicia la historia del monasterio de Vadediós en La Vega de Boñar.


Esta medida no fue bien acogida por el obispado leonés. No entendían como el mismo rey que les había dado el permiso para extender su posesiones desde Mansilla hasta las villas y lugares de Boñar y Lillo cinco años atrás, ahora bendijese la llegada de "competidores". Ello supuso el inicio de acciones legales que llegaron hasta el mismísimo papa Inocencio III que desde la ciudad italiana de Viterbo dio poderes al obispo de Astorga el 24 de septiembre de 1.207 para que interviniera en el conflicto entre obispo de León y monasterio de Valdediós, y oídas las partes, resolviese la causa. Según se desprende de la "litterae executorie", el pontífice ya conocía que el rey leonés había bendecido la llegada del monasterio del que había puesto la primera piedra. La resolución favoreció a Valdediós.


Muy posiblemente, esta conflictividad llegara a frustrar un proyecto que hubiera supuesto una situación mucho más tensa entre ambas instituciones eclesiásticas. Me refiero al fallido intento de trasladar el cenobio fundacional de Valdediós a La Vega de Boñar como consecuencia de la climatología asturiana más adversa. Estos hechos se datan en 1.218. Tras la decisión de permanecer en Asturias se comienza a construir el templo abacial. Y prosigue la vida en la granja monástica boñaresa.

La gracia regia supuso en la práctica la configuración de la Real Jurisdicción de La Vega de Boñar que integraría a este núcleo poblacional además de Adrados, Las Bodas, La Debesa de Boñar, Llamera, La Mata de la Riba, Valdecastillo y Voznuevo. Estructura que perdurará hasta la configuración de los ayuntamientos en el siglo XIX. Esta Real Jurisdicción estaba gobernada por la granja de Valdediós que nombraba juez ordinario en el concejo. La comunidad monástica no pudo ser muy importante. De seguro sabemos que en el periodo de los siglos XVII-XIX era un único religioso el que habitaba en La Vega. Cabe la hipótesis de que en un inicio pudieran ser tres.

Sea como fuere, el final de este monasterio llega 634 años después de su fundación en pleno proceso de desamortización. En ese momento su prior (fray Fernando de la Hennan) administraba cuatro tierras de siete fanegas de sembradura y dos prados que daban tres carros de hierba. La tramitación de su expediente por el contador de Arbitrios de la provincia de León, iniciado el 22 de agosto de 1.838, calcula el valor de las rentas en 303 reales y 20 maravedíes. La casa-priorato que habitaba el fraile, fue capitalizada separadamente con un valor en venta de 6.527 reales. El madrileño Joaquín Alvarez Quiñones adquirió las fincas por 18.100 reales y el zamorano Miguel Arias Cachero (muy ligado a la familia de los "Alfonso" de Boñar) la casa por 10.000 reales.


¿Cuál es su historia más reciente? Una ruina que camina hacia el derrumbe de la única pared que le queda en pie y no completamente. Una dejadez que amenaza con borrar para siempre todo un símbolo histórico de Boñar y su municipio. Y las distintas administraciones colaborando activamente con su silencioso pasotismo. Al menos tenemos la fortuna de recordar lo que pudo ser el monasterio con esta instantánea realizada en 1.974 por José Manuel Villa Revuelta (gracias Pepe) incluida en mi libro (gracias Pepe).


(Cf. "Boñar. Final de un histórico letargo" pp. 70-71, 103 y 150-151 y archivo personal del autor)

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